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lunes, 30 de diciembre de 2013
sábado, 28 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
jueves, 26 de diciembre de 2013
lunes, 23 de diciembre de 2013
domingo, 22 de diciembre de 2013
sábado, 21 de diciembre de 2013
Castellani en pocas palabras
domingo, 15 de diciembre de 2013
Castellani y la huelga de Mar del Plata
sábado, 14 de diciembre de 2013
Pascua (1966)
Pascua (II)– P. Leonardo Castellani
lunes, 9 de diciembre de 2013
La Pasión según Castellani en "A Casa de Sarto"
A Paixão de Cristo meditada pelo Padre Leonardo Castellani
Padre Leonardo Castellani, in “El Rosal de Nuestra Señora”, Buenos Aires, Ediciones Nuevas Estructuras, 1964 - páginas 83 a 89.
sábado, 7 de diciembre de 2013
Castellani en "La Nación"
Ya hubo antes un papa argentino
jueves, 5 de diciembre de 2013
Fragmento de "De Kirkegord a Tomás de Aquino"
LA MÁXIMA Y EL MODELO
Padre Leonardo Castellani – De Kirkegord a Tomás de Aquino
miércoles, 4 de diciembre de 2013
martes, 3 de diciembre de 2013
Eulogio López sobre Fariseísmo
La profesionalización de la religión. También conocida con el nombre del fariseísmo
sábado, 30 de noviembre de 2013
viernes, 29 de noviembre de 2013
Sobre "Los Papeles..." en La Cigüeña de la Torre
Una novela de tesis
Del genial Castelllani
Leonardo Castellani: Los papeles de Benjamín Benavides. Homolegens, Madrid, 2012, 446 pgs.
No ha sido buscado que el número cincuenta de estas lecturas correspondiera a un libro de Castellani. Pero no me parece nada mal dada mi admiración por el autor. Reincide el argentino en el Apocalipsis que evidente es lectura muy querida para él. En su día me hice eco de El Apocalypsis de San Juan que me parece un texto imprescindible para adentrarse en tan compleja lectura. No quiero decir con ello que sea la regla áurea. Pero sí muy digna de tener en cuenta.
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La cigüeña de la torre por De la Cigoña
jueves, 28 de noviembre de 2013
Pascua (1963)
Pascua – P.Leonardo Castellani
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lunes, 25 de noviembre de 2013
sábado, 23 de noviembre de 2013
Pentecostés (1966)
Homilía de Pentecostés 1966 (Fragmento) - P. Leonardo Castellani
El naturalismo actual es Pelagianismo radical (negar la necesidad de la gracia) y es la gran herejía moderna; y la última herejía (según creo), que será el nido del Anticristo; pues no se puede ir más allá en línea de herejía; pero toda ella deriva de la negación de la gracia; por tanto, la negación de lo sobrenatural; por tanto el vaciamiento de todos los dogmas cristianos, que se convierten en simpáticos MITOS, que naturalmente comienzan a rellenarse de la adoración nefanda del Hombre; que dijo San Pablo sería el pecado del Anticristo, “LA ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN”
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viernes, 22 de noviembre de 2013
Father Castellani in English
Fr. Castellani on the Kingship of Christ
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jueves, 21 de noviembre de 2013
La revista colombiana 'Semana' se refiere al "famoso" almuerzo con Videla
Videla, Borges y Sábato, un polémico almuerzo
ARGENTINA Tras la muerte del dictador, han salido a relucir polémicos encuentros y amistades con argentinos ilustres.
[Seguir leyendo...]Sobre Castellani en "Misiones Para Todos"
Leonardo Castellani, otro jesuita peronista
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martes, 19 de noviembre de 2013
Videoteca Reduco: EL CINE, por el Padre Castellani
El discurso del Cura Loco
Éstos son los discursos que le valieron fama de loco, pero que ejercían tanta influencia en la gente. Su silueta accionaba como si quisiera nadar o volar, recortada en la luz lunar, entre las clarísimas estrellas y la tierra desolada, como un gran pajarraco en el aire; o un ángel volatinero.
—Heme aquí otra vez pensando en voz alta para decidir el rumbo de una vida que nunca lo ha tenido. ¡Oh mi Dios, hasta cuándo! Heme aquí otra vez teniendo que impulsar y dirigir a otros, yo que ni siquiera comprendo el gobierno de mí mismo, ¡Me acuerdo cuando era niño que estaba subido a un árbol de cerezas comiendo cerezas hasta no poder más y cantando! ¡Oh Dios, cuántos caminos extraños y solitarios desde entonces, por qué me has cargado con tantos mundos y el peso de tantos siglos, como si yo no fuese una caña rota y frágil, como si yo fuese un espíritu inmortal de los que tú gobiernas directamente! Yo no soy un ángel. Dios mío... ¡levanta tú esta carga!
Y bien, supongamos que me he equivocado, que el paso que di en 1949 no fue inspirado por Tí, fue una cosa temeraria, un acto de política y no de religión —y de mala política, como diría Monseñor Fleurette—-. Mi respuesta sería que me fue simplemente forzoso, que no me era posible en conciencia hacer otra cosa. Tenía sobre mí el deber hacia mi familia y el deber hacia mi patria, que son previos y no son contrarios al deber religioso. Mi familia había sido destrozada en el Neuquén, y había que salvar a dos miembros de ella, heridos en cuerpo y alma y descarriados; pero para salvarlos tuve que perderme primero con ellos. Yo estoy hecho de tal manera que no puedo amar a Dios sino a través de las criaturas, es decir, de los prójimos, ¡y todos vosotros estáis hechos semejantemente, y todos los cristianos —menos Monseñor Panchampla!—. Me atrevo a decir que la raíz de los males de la Iglesia Argentina ha sido el olvido de este principio: se ha desencarnado, se especializó y eclesiástico demasiado, olvidó en la práctica que la gracia supone la natura, y
se ha vuelto una sociedad demasiado difícil, siempre la Iglesia será una sociedad artificial, o mejor dicho "cultural", pero ahora se volvió una sociedad Artificiosa.
—¡Los curas cobardes! ¡Los curas avarientos! ¡Los curas licenciosos! —gritaron de abajo varias voces.
—¡Los conozco mejor que ustedes! Son menos, y menos culpables de lo que ustedes piensan; pero los pocos o muchos que haya, con el apoyo del Gobierno empeñado en dividirnos, son la cabeza de puente de la Herejía entre nosotros. Tomad por ejemplo a los jesuítas...
El imponente preste yanqui hizo un movimiento de protesta.
—Dejemos por el momento a los jesuitas —dijo el orador, después de un breve silencio recapacitativo—. ¡Que Dios los ampare, lo mismo que a nosotros, que buena falta les hace, quiero decir NOS hace! Reverendo cofrade: ya le voy a decir esta parrafada a usted en particular...
Los ojos de los oyentes se volvieron hacia el gringo rubio, espigado y alto, parecido al finado Eisenhower.
—Estaba hablando de mi fatal conexión con los revolucionarios peludistas o peralistas o cristeros —clarineó el Cura—. No puedo menos de creer que fue predeterminada por la Providencia. Empecé a asistir espiritualmente a los católicos más necesitados, conforme a la parábola del Buen Pastor, muchos de los cuales por lo demás, me eran íntimamente cercanos; y esa asistencia espiritual me llevó muy lejos, porque se dobló de una ayuda temporal, lo cual en el caso era inevitable: injustamente oprimidos por la herejía, eran los elementos más sanos del país, y en parte los más distinguidos ¡en todos los órdenes! Aun sin entrar en la discusión de la licitud de la escarapela Damonte, yo tenía que tener compasión (y no me tendría de no por discípulo de Cristo) de los que sufrían por razones de conciencia al no querer llevar la escarapela sospechosa. No tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos. Por lo demás, al no necesitar para nada de mi larga preparación intelectual y mis títulos académicos, antes bien mirarlos con umbrosidad y suspicacia, la Curia los dejó libres para usarlos como Dios mejor me diera a entender. Porque ¡usarlos debía! Nadie toma una linterna y la pone adentro del "canastro" de la ropa sucia. El caballo de carrera que no corre, se pone neurasténico...
Supongamos que todos nos hemos equivocado y nos hemos lanzado a una empresa sin éxito posible. Pero nosotros no hemos defendido en el fondo una cosa puramente lempural, sino una causa eterna, no desencarnada sino encarnada en un cuerpo carnal y en una patria terrenal. Por eso decimos que Dulcinea es símbolo de la patria y de la hermosura; y la hermosura es figura de Dios.
Un vociferío enorme se levantó de abajo: "¡La patria! ¡La patria!" tan unido y fuerte que llegó hasta el cielo.
—Porque yo no defiendo ahora sino solamente mi FE —gritó el Cura cuando se apagó el vocerío—, contra la herejía más sutil que existe, la última herejía, dentro de cuyo caldo nacerá el Anticristo. Muchos de vosotros defendéis el ser histórico de esta nación, que habéis aprendido a amar, como Uriarte por ejemplo; otros defendéis o vengáis directamente vuestros bienes arrapiñados, que consideráis con razón requisito necesario de vuestra vida moral y racional; como por ejemplo el tagarote de Quiroga Quintana.
—¡Obra de los judíos! —gritó uno; y un gongo impuso silencio.
—A la manera que la Iglesia dice: Extra Ecclesiam nulla salus, ahora esta Contra-Iglesia o mejor dicho Pseudo-Iglesia proclama: Fuera de la "democracia" no hay salvación. A los que no admitimos esta sublimación ilegítima de un sistema político en dogma religioso, nos llaman p e ra lista s o nazis o Cristóbales. El ser "nazi" corresponde a una nueva categoría de crimen, peor que el robo, el asesinato, el adulterio y cualquier delito común; no de balde a la policía que lo persigue llaman Sección Especial. En realidad, corresponde al delito que en otro tiempo se llamó "herejía"; por eso dije que este "liberalismo" triunfante ahora es una cosa religiosa: es una religión falsa, peor que el mahometismo. ¡Se nos quiere hacer creer que la guerra de Norteamérica contra Asia es una Cruzada, una "guerra santa"! Se ha inventado y puesto en acción contra nosotros una Inquisición mucho peor que la antigua, "diametralmente" peor —como sería por ejemplo la inversión sexual con respecto a la simple lujuria—. Se está repitiendo lo que pasó en Inglaterra en los siglos XVII y XVIII con la palabra "papista", y con los que ella designaba, que eran los cristianos mejores, que fueron extirpados limpios del país en forma total; con la diferencia que ahora el proceso es mundial, y se esconde detrás de una hipocresía mucho más adelantada. ¡Nos matan en nombre de la libertad y en nombre de Cristo!
Toda esta persecución se hace en nombre del Cristianismo, del cual se han conservado los nombres vaciados y los ritos falsificados, llegándose hasta el fingir una adhesión zalamera y enteramente inefectiva al Sumo Pontífice de Roma. Se mantiene el aparato burocrático de las Curias y aún se fomenta su hipertrofia, pero todas las asisas sobre que el Cristianismo Romano se asienta... como la independencia de la familia y la propiedad privada, la justicia social, el principio de legitimidad de los gobiernos, el control sobre los gobernantes, la decencia pública, la convivencia caritativa... la LEY en fin... todo eso ha sido aniquilado, de sobra lo sabéis, lo habéis sufrido en carne propia... haciendo al mismo tiempo mucho ruido con todas esas palabras. Se favorece al clero menos digno, en una diabólica selección al revés, y de hecho se ha creado un cisma en él, con el sencillísimo arbitrio de dar las sillas episcopales, no a los más dignos, que son los más doctos... no a los más inteligentes y espirituales, sino a los más políticos y puerilmente "piadosos".
Sed non in política salvabit nos Dóminus Jesús. Pero ¿a qué seguir?
El Cura se detuvo un momento y miró a su gente; y la vio sólo mediocremente interesada. El lungo yanqui hablaba acaloradamente con un grupo de oficiales, la gente de abajo se movía, de repente se produjo un revuelo en ellos y apareció el Mulato muy afanoso buscando a alguien. El Cura suspiró profundamente, y volvió a disertar, esta vez en tono más grave y atristado:
—El vástago de membrillo de cualquier manera que se lo plante, sale; pero la estaca de higuera hay que enterrarla oblicua; las tres partes dentro la tierra y el cogollo afuera. En todo esto que he hecho yo, no he comprometido a nadie sino a mí mismo; y aunque estoy casi seguro que camino según la mente del Padre Santo, sin embargo no he comprometido a Roma. Para esto ha servido también la hostilidad de la Curia, para darme libertad. Es terrible ser mal visto de los mismos superiores; pero lo que se pierde en favor, se gana en independencia. Ahora hemos llegado al final de nuestra aventura. ¿Qué haremos?
En la gente hubo un movimiento de expectativa, y algunos repitieron la interrogación.
—¿Qué haremos? Vosotros esperáis de mí respuestas de profeta y yo no soy profeta, respuestas de político y yo no soy político, soy solamente teólogo; y aun ni tanto. Un profeta podría responder en forma absoluta, un político en forma conjetural, yo puedo responder en forma condicionada.
El porvenir próximo del mundo depende del problema teológico de si Cristo ha de volver a consumar su Reino antes del fin del mundo o juntamente con el fin del mundo... —dijo meditativamente.
—¡Eso creo yo! —gritó el segundo de los oradores.
—Pero si Cristo ha de venir antes, a vencer al Anticristo, y a reinar por un período en la tierra; es decir, si la Parusía y el Juicio Final no coinciden, sino que son dos sucesos separados, como creyó la tradición apostólica y los Santos Padres más antiguos... entonces esa esperanza de un próximo triunfo temporal de la Iglesia, tan predicado por Monseñor Fleurette, no vale; ni tampoco todas las profecías particulares que se apoyan en ella. Entonces la actual persecución irá aumentando hasta su máximum —y la voz del orador tembló con un íntimo pavor— entonces su afianzará la gran apostasiá, sonarán las últimas trompetas derramando las últimas fialas y "la tribulación magna, cual no la ha habido desde e! principio del mundo acá", la persecución externa e interna a la vez hasta el grado de lo insoportable, que deberá ser abreviada para que no perezca toda carne, ¡oh hermanos míos!, está sobre nosotros, y nadie puede escapar a ella. ¡Nadie: ni buenos, ni maíos! Se hizo un movimiento de asombro en el auditorio, que estaba ahora pendiente de nuevo del extraño discurso. Una voz gritó estridente: "¿Y tú qué dices?"
Antes que pudiese contestar, se adelantó el Jesuita yanqui y gritó:
—Urge la disolución de esta asamblea, porque parece que hay peligro, aunque no deben alarmarse. Tengo una importantísima proposición que hacer. Vengo de Roma con una misión del Papa...
El otro cura le dio un empujón bastante brusco, y concluyó:
—Yo os digo: moríturi te salutant. Elijamos la peor hipótesis.
Pongamos la esperanza en Cristo y en su Venida, y nadie puede vencernos...
—¡Osté poner a mí una pulga en la orega! —gritó el extranjero.
Se había encaramado en el púlpito y gritaba:
—El Adelantado del Río de la Plata les propone por mi medio la paz, prometiendo ¡amnistía general para todos! y la derogación de los incisos religiosos de la Ley Damonte, principalmente los artículos acerca del insignia, y de la enseñanza obligatoria del Neocatolicismo en las escuelas...
—¿Amnistía para todos? ¡Amnistía para todos! —decían abajo en medio de un garabato de voces.
—El Padre Santo de Roma, muy preocupado por la Argentina, y sin noticias ciertas, me mandó en misión diplomática extraordinaria, rogándome me afanase por conseguir la paz. Interpretando la intención del Santo Padre, yo he negociado con el Adelantado. El Gobierno está ahora en las mejores disposiciones... —leía el yanqui en un papel.
—La palabra de honor del Adelantado y del Señor Arzobispo de Buenos Aires, o por mejor decir, de la Curia Arzobispal.
—¡Nos trucidarán a todos apenas depongamos las armas!!! ¡La palabra de "este" gobierno! ¡Puah! No os dejéis embaucar —gritó el Desesperado Quiroga Quintana.
En ese momento se oyó un silbido agudísimo, y el estampido seco de un antiaéreo. "Alarma, el enemigo a la vista, dispersarse en orden", gritaron los jefes. El estruendo horrísono de una bomba cubrió por un momento el estrépito graneado de la defensa antiaérea. Los faros empezaron a barrer el cielo. De todos los puntos del horizonte, semejantes a pejerreyes de plata en la limpia luz lunar, confluían sobre el aeródromo Graffigna los aviones de guerra "leales".
—¡A mí! ¡Salvemos a Dulcinea! —gritó Edmundo. Pero todas las motos habían apagado sus faroles y el desbande se producía en la confusión y en la oscuridad taladrada de gritos. Edmundo seguido del Mulato y algunos reclutas, se lanzó al gran estrado y le prendió fuego.
El incendio alumbró un amplio círculo, pero ni Dulcinea ni el Cura aparecían por ningún lado. "¡Miseria!", gritó Edmundo. Y se tendió en un surco del terreno para escapar al tremendo trabajo de las bombas. Allí, al lado suyo, vio relucir vivamente en el suelo un objeto fulgente, que mostró ser al alcanzarlo el relicario de oro que llevaba al pecho la fantasmal princesa...
El bombardeo de San Juan la Vieja, que fue materialmente arada de bombas de 500 libras, fue un suceso histórico para la Argentina, porque marcó el fin de la rebelión de los Cristóbales, deshaciéndoles toda esperanza. El país no supo nunca bien lo que pasó allí, porque los diarios empezaron a tejer tal maraña de mentiras en torno de él, que al poco tiempo se había convertido en un novelón increíble.
Por lo demás, la gente no creía ya a los diarios —a no ser los sonsos; los cuales son muchos, pero no son gente.
Quizá el resumen mejor del suceso lo dio un chiquilín correntino llamado Eusapío Berón de Astrada, que estaba enfermo pasando una temporada con una tía en San Juan la Nueva. Cuando volvió a Corrientes le preguntó su padre: —¿Qué tal san Juan? —Son todos locos —dijo el pibe. —¿Por qué? —¡La tía me hizo dormir tres noches debajo de un colchón! —¿Qué había? —Bombas. ¡Bum, bum, bum!
—Soldados buenos y soldados malos. —¿Y cuáles eran los buenos?
—¿Y yo qué querés que sepa, si todos estaban vestidos igual? —dijo el pibe muy satisfecho, mirando al padre con los ojitos medio cerrados.
Yo salí de mis puertos tres esquifes a vela
y a remo a la procura de la Isla Afortunada,
que son trescientas islas, mas la flor de canela
de todas es la incógnita que denominan Jauja:
hirsuta, impervia al paso de toda carabela,
la cedió el rey de Rodas a su primo el de León
sólo se aborda al precio de naufragio y procela
y no la hallaron Vasco de Gama ni Colón.
Rompí todas mis cosas, implacable exterminio,
mi jardín con sus ramos de cedrón y de arauja,
mis libros de Estrabonio, de Plutarco y de Plinio
y dije que iba a América, no dije que iba a Jauja,
quedé sin rey ni patria, refugio ni dominio,
mi madre y su pañuelo llorando en el balcón.
Muchas veces la he visto, diferentes facciones,
diferentes lugares, siempre la misma Jauja:
sus casas, maderamen del más perito a tanja:
su señuelo hechicero de aromas y canciones
enfervecta el celo de mi tripulación
mas desaparecían sus mágicas visiones
apenas la ardua proa tocaba el malecón.
La he visto entre las brumas , la he visto en lontananza
a la luz de la luna y al sol de mediodía
con sus ropas de novia de ensueño y esperanza
y su cuerpo de engaño, decepción y folia,
esfuerzo de mil años de huracán y bonanza,
empresa irrevocable, pues no hay volver atrás,
la isla prometida que hechiza y que descansa
cederá a mis conatos cuando no pueda más.
Surqué rabiosas aguas de mares ignorados,
cabalgué sobre olas de violencia inaudita,
sobre mil brazas de agua con cascos escorados
recorrí la traidora pampa que el sol limita
desde el cabo de Hatteras al golfo de Mogados
dejando atrás la isla que habitó Robinsón
con buena cara al tiempo malo y trucos osados
al hambre y los motines de la tripulación.
Me decían los hombres serios de mi aldehuela:
"Si eso fuera seguro con su prueba segura,
también me arriesgaría yo me hiciera a la vela,
pero arriesgarlo todo sin saber, es locura..."
pues Jauja significa la decisión total,
y es el riesgo absoluto y el arriesgarlo todo
es la fórmu la única para hacerla real.
con correos y viajes de ida y vuelta y recreo,
eso sería negocio ya no fuera conquista
y no sería Jauja sino Montevideo.
Dardos, recibir cuatro, cosa es de petardista,
Jauja no es una playa —Hawai o Miramar—.
No la hizo un matemático sino el Gran Novelista,
ni es hecha sino para marineros de mar.
risueñas me miraban pasar como a un tilingo,
yo entendía en sus ojos su irónico comento
aunque nada dijeran o aunque hablaran en gringo,
doncellas que querían sacarme a salvamento
me hacían ojos dulces o charlas de pasión,
la sangre se me alzaba de sed o sentimiento—
mas yo era como un Sísifo volcando su peñón.
Busco la isla de Jauja, sé lo que busco y quiero,
que buscaron los grandes y han encontrado pocos,
el naufragio es seguro y es la ley del crucero,
pues los que quieren verla sin naufragar son locos...
quieren llegar a ella sano y limpio el esquife,
seca la ropa y todos los bagajes en paz,
cuando sólo se arriba lanzando al arrecife
el bote y atacando desnudo a nado el caz.
Busco la isla de Jauja de mis puertos orzando
y echando a un solo dado mi vida y mi fortuna,
la he visto muchas veces de mi puente de mandoal sol de mediodía o a la luz de la luna.
Mis galeotes de balde me lloran: ¿Cuándo, cuándo?
Ni les perdono el remo ni les cedo el timón.
Este es el viaje eterno que es siempre comenzando,
pero el término incierto canta en mi corazón.
Gracias te doy Dios mío que me diste un hermano
que aunque sea invisible me acompaña y espera,
claro que no lo he visto, pretenderlo era vano,
pues mur ió varios siglos antes que yo naciera,
mas me dejó su libro que diccionario en mano
de la lengu a danesa voy traduciendo yo,
y se ve par la pinta del fraseo baquiano
que él llegó, que él llegó.
sábado, 12 de octubre de 2013
jueves, 22 de agosto de 2013
Documento histórico: Antonio Rego, "Huemul", el P. Castellani y otros autores
sábado, 27 de julio de 2013
martes, 9 de julio de 2013
La profesionalización de la religión
La profesionalización de la religión. También conocida con el nombre del fariseísmo
domingo, 7 de julio de 2013
Divagaciones sobre el Santo Padre… y sobre Castellani
A Casa de Sarto
Divagaciones sobre el Santo Padre … y sobre Castellani
Por Rafael Castela Santos
Carmelo López-Arias, desde las páginas de Religión en libertad –un sitio que recomiendo, por más que a veces pueda ser algo almibarado-,...
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lunes, 1 de julio de 2013
jueves, 27 de junio de 2013
La pesca y una fábula campera
miércoles, 26 de junio de 2013
¿Castellani profetizó a Francisco?
Pensar la Patria
La misma tendrá lugar el próximo sábado 29 de junio de 2013, a las 16.00 horas, en el Colegio San José de Calasanz, calle Senillosa 854, barrio Caballito de la Ciudad de Buenos Aires.
sábado, 22 de junio de 2013
Francisco y Castellani, la opinión autorizada de "Lupus"
Juan XXV, más fantasía:
Una breve digresión, antes de seguir con lo mío. En relación a este artículo de Carmelo López-Arias , en el cual parecen establecerse...
[Seguir leyendo]
viernes, 21 de junio de 2013
Otra opinión sobre el "Papa Ducadelia" y el Papa Bergoglio
Ducadelia y Francisco: una tentación periodística
miércoles, 19 de junio de 2013
Paralelismos entre personajes del P. Castellani y el Papa Francisco
Religión en Libertad¿Está inspirando el escritor jesuita Leonardo Castellani (1899-1981) algunas de las líneas directrices del pontificado de Francisco? La hipótesis es fuerte y riesgosa, pero en modo alguno descabellada. Y se la planteará con naturalidad, al menos como ...
jueves, 13 de junio de 2013
martes, 28 de mayo de 2013
Otra vez con el "famoso" almuerzo con Videla
Videla, Borges y Sábato, un polémico almuerzo
ARGENTINA Tras la muerte del dictador, han salido a relucir polémicos encuentros y amistades con argentinos ilustres.
http://www.semana.com/mundo/articulo/videla-borges-sabato-polemico-almuerzo/344161-3
domingo, 12 de mayo de 2013
sábado, 11 de mayo de 2013
Ciencias Políticas (3ro B) y Formación Ética y Ciudadana (3ro C). Colegio Monseñor Alemán: 3ro "C". Formación Ética y Ciudadana. Leonardo Cas...
Nacionalismo Católico San Juan Bautista: El Anticristo según el P. Leonardo Castellani
viernes, 10 de mayo de 2013
viernes, 3 de mayo de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
martes, 2 de abril de 2013
Don Pascual
Ninguna otra cosa deseo a mis lectores como don pascual, sino la Sabiduría. Este don pascual no es una ópera, sino el regalo que en otro tiempo se hacían los amigos por Pascua. Por la Sabiduría hizo Dios los cielos y la tierra. La Sabiduría asistía al trono de Dios cuando hacía el mundo, y ella jugaba en su presencia con todas las cosas, los formidables juegos del cielo y del infierno, que son más serios aún que el terrible juego de la guerra, y el ardiente juego de la revolución. Dijo el rey Alfonso el Sabio que este mundo si no está mal hecho, por lo menos lo parece. En realidad ahora está mal hecho, está al revés; está desordenado por el Pecado, que es el receso de la Sabiduría. Por falta de Sapiencia el mundo está patas arriba y Dios se está divirtiendo en ponerlo de pie, cueste lo que cueste.
Dice Jules Romains en una de sus novelas (Verdún) esta blasfemia: “El dulce Cristo de los Evangelios ¿no tenía otro modo de enseñar religión al mundo que esta masacre?”. Pues, no señor, no tenía. Y uno de los culpables de eso es usted, judío pérfido...
¡Oh Sapiencia de Dios! ven aprisa ven,
mi nurse y mi novia veraz
te he pedido al Señor en la misa
de la fiesta de Santo Tomás.
En tiempo de Santo Tomás había monjes que no hacían más que rezar, cantaban el breviario seis veces al día durante largas horas. Con ellos se educó Santo Tomás en Montecasino. Ahora también los hay, pero la gente cree que son una especie de Open Door, que hay que dejarlos solos, ya que les da por eso. “Déjenlos no más que hagan iglesias —pensaban nuestros padres los liberales— total cuando necesitemos plata les quitamos los conventos y chau”. Pero la gente antigua iba a estos conventos siempre abiertos: y miraba y oía cantar .Vísperas y Maitines sin entender gran cosa: y aprendía una gran lección de Sabiduría, la lección de no hacer nada fuera de conocer a Dios. Veía interminablemente esos hombres muertos, inmovilizados, automatizados, en cuerpo y alma dedicados a cantar la palabra de Dios, porque una palabra no es del todo inteligible mientras no se convierta en canto. Y entonces el pueblo que no es zonzo cuando le muestran cosas —aunque lo es cuando lo emborrachan con palabras- entendía la lección de los Absortos en el Más Allá; que lo más importante de la vida es entender a Dios, mucho más que ganarse la vida; y que hay que cesar a ratos de ganarse la vida y reprimir el trajín de lo temporal, para ver si suena allá adentro la Voz antigua y nueva.
Ahora todo se acabó. El pueblo tiene la radio y oye la palabra de Dios, de Jesucristo y del “obispo de los obreros” por boca de Soiza Reillyº a través de Radio Belgrano. Entonces, como Dios está de parte de la Sapiencia —que es su Hijo—, enseña la sapiencia a los pueblos como puede, con otro sistema que todos oyen incluso por radio, aunque tiene más de ruido que de canto. ¿Qué creen ustedes que saca Dios de la guerra? ¿Castigar los pecados? Desde luego. Pero ningún sabio castiga sin sacar algo del castigo, dice Santo Tomás de Aquino. Lo único que saca y puede sacar Dios de la guerra es sabiduría para los que queden. Es tan grande cosa la sabiduría, que juzga Dios bien empleados los miles de vidas jóvenes tronchadas en flor —¡y qué pérdida de mano de obra para la industria y el comercio!— con tal de que un solo joven acrezca un solo grado su conocimiento de lo divino. Para que un solo hombre lo conociese, hizo Dios todas las estrellas; y sería también capaz de deshacerlas, si fuera necesario.
Las admirables costumbres de los viejos pueblos europeos, ese equilibrio vivaz del italiano, esa sensatez recia del español, esos dichos, máximas, lenguajes, modos, normas de vida, rituales, ratinas y hasta supersticiones henchidas de luz y de sentido que hoy vamos a desenterrar a las aldeas fueron hechas a fuerza de siglos de lucha, de paciencia, de riesgo, de infatigable enseñanza. Ahora todo eso acabó; no lo salvarán los “folkloristas”. “Et erunt docibiles Dei”. Serán enseñables a Dios. Sólo Dios puede enseñarnos de nuevo. Y para eso debe hacernos primero “docibiles”, es decir, dóciles. La letra con la sangre entra. ¡Cuán gran conciencia está entrando poco a poco en la humanidad de que todos los esfuerzos humanos, aun los mejor intencionados, sin Dios no son más que Cartas del Atlántico!
El mundo está al revés. La Argentina está en el mundo. Por ejemplo, aquí en la Argentina hay maestros frívolos, y también escandalosos, que no pueden educar a ningún niño; antes al contrario. Esto es sabido desde que yo nací; y también lo saben en La Prensa y La Nación. Hay maestros de los que dijo el Divino Maestro: “Más les valiera que atada al cuello una muela molinera, los echaran al mar”. Si una madre advertida quiere defender a sus hijos del mal ejemplo, no puede: a causa de la “obligatoriedad escolar”. Para mejor, en la Provincia han suprimido hasta la precaria escapatoria de inscribir al niño, educarlo la madre y dar los exámenes como libre. Pues bien, todo eso: arrancar al niño pobre del hogar para entregarlo a la mala maestra es contra el derecho natural. ¿Han protestado alguna vez La Prensa y La Nación, esos “defensores de la persona humana”? Jamás. Viene el doctor Olmedo* y pone en comisión al magisterio a ver si puede mejorarlo un poco; y estos hipócritas ponen el grito en las nubes, porque el doctor Olmedo ha cometido un sacrilegio. Los 50.000 abribocas que todavía se zampan los editoriales de La Prensa empiezan a decir: “¡Miren lo que hizo Olmedo! ¡Miren lo que hizo Olmedo!” y la gente se conmueve ¡oh, por poco tiempo! A esto lo llamamos nosotros el mundo al revés.
Y así podíamos seguir con los ejemplos hasta la página del extracto de la lotería. Le cuesta a la gente convencerse de que estamos en tiempo no ordinario. Por eso esta semana santa no he hecho más que pedir a Dios la Sabiduría. Europa ha entrado en la primavera sangrienta, y la Argentina en el invierno crítico. No nos distraigamos demasiado. Son los deseos de Militis Militorum.
Cabildo, Buenos Aires, N° 544, 12 de abril de 1944.
ºJuan José de Soiza Reilly (1879-1959), veterano periodista, liberal y romántico, cuyas notas, publicadas en Caras y Caretas, La Prensa, etc., eran muy seguidas por la opinión pública. Aparentemente, sin ningún encargo de parte del interesado, tomó a su cargo la "defensa" de Mons. Miguel de Andrea, obispo titular, contra la Santa Sede, en el asunto del patronato.
*El interventor del Consejo Nacional de Educación, José Ignacio Olmedo, autor, junto con Martínez Zuviría (Hugo Wast), del decreto de educación religiosa que daba derecho a los niños católicos a recibir clases de catecismo en horario escolar.
martes, 26 de marzo de 2013
A Casa de Sarto: "Los Papeles de Benjamín Benavides", de Leonardo C...
Bl(og)ock: Éste es mi Cuerpo
domingo, 24 de marzo de 2013
sábado, 23 de marzo de 2013
Homenaje al padre Castellani a 32 años de su muerte
Dicho galardón tiene, además, la finalidad de “alentar a los autores argentinos cuyas obras merezcan tal aliciente y estimular a quienes continúen con su labor la línea vigorosamente sostenida por el padre Castellani a lo largo de toda su vida, al servicio de la Iglesia y de la Patria”, señala la convocatoria.
El jurado está integrado por los profesores José María Castiñeira de Dios y Enrique Mario Mayochi, y el presbítero Danilo Eterovic Garrett.
Todas las distinciones se darán a conocer el lunes 26 de agosto de 2013 a las 19, en el acto de apertura de la XXV Exposición del Libro Católico, que se realizará en la Casa de la Empleada - Obra de Monseñor Miguel de Andrea (Sarmiento 1272, Buenos Aires).
El ámbito para la elección de los trabajos que resulten premiados es amplio, y no tiene limitaciones por materia ni forma de trabajos (ensayos, narrativa, teatro, poesía), deberán ser obras editadas por vez primera y con un contenido “que aporte a la cultura nacional, coincidente con los valores en que se funda la civilización cristiana”.
El plazo de presentación vencerá el 30 de junio de 2013. Los autores podrán presentar directamente sus obras en la Casa de la Empleada o enviarlas por correo a Sarmiento 1272 (1041), Capital Federal, a nombre de: Faja de Honor “Padre Leonardo Castellani”.+
miércoles, 20 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
"Los papeles..." publicado en España
El periodista y escritor español Juan Manuel de Prada anuncia la publicación en su tierra de "Los papeles de Benjamín Benavides".
domingo, 17 de marzo de 2013
STAT VERITAS: Los Signos.
Bensonians: El misterio de la iniquidad
viernes, 15 de marzo de 2013
domingo, 10 de marzo de 2013
Dichoso
"Dichoso aquél que muere por su casa y su tierra.
Pero sin haber hecho dolo ni fuerza injusta,
Dichoso aquél que compra su tálamo de tierra,
Que compra con su sangre la cama eterna y justa.
Dichoso aquel que muere por la cosa solemne,
Aunque sea más chica que un granito de anís.
Dichoso aquel que muere para que siga indemne
La vida de un niñito, la gloria de un país.
Dichoso aquel que muere por la Cosa Perenne,
Por un Santo Sepulcro, Dulcinea, Beatriz,
O por un sol en campo de color cielo y Lis."
lunes, 4 de marzo de 2013
Castellani visto por Vintila Horia
"Fue en Salta donde encontré a uno de los personajes más completos que me ha sido dado conocer, el padre Leonardo Castellani (su familia era de origen florentino y en Florencia aún existe la vía de Castellani). Vino a visitarme al hotel y charlamos un largo rato como si hubiésemos sido amigos de toda la vida. Volví a verle más tarde en Buenos Aires. Había publicado varios libros; entre ellos, una traducción completa al español de la "Suma Teológica", novelas, estudios filosóficos, poemas; continúa publicando todavía y yo le tengo por uno de los espíritus más libres, más fecundos y más valientes de nuestro tiempo. Su "Apokalipsis" (respeto su ortografía) se encuentra entre los pocos libros que me he traído el año pasado de París, donde lo recibí poco antes de venirme para Madrid. Su aventura personal constituye otro libro, que alguien escribirá algún día. El padre Castellani había sido jesuita, se encontraba en conflicto con su Orden y el obispo de Salta le albergaba en el edificio del obispado, donde le devolví la visita algunos días depués. Sus tormentos estaban marcados sobre su rostro. Sentí en seguida una viva simpatía por él, de la que no llegó a darse cuenta nunca, porque la grandeza de aquel sufrimiento, el genio espontáneo que brotaba de él a cada palabra, su violencia y su timidez me hicieron tomar distancias, para poder contemplar mejor aquel fenómeno humano. Poseía una ortografía particular y escribía Schopen en lugar de Schopenhauer, Kirkegar y así sucesivamente. No le he escrito nunca. Me gustaría volver a verle. Entretanto, se ha reconciliado con su Orden y con la Iglesia y continúa publicando al ritmo de un libro o dos por año. Parecía salido de la Edad Media, hasta tal punto tenía el aire de un hombre sin desfallecimiento y seguro de sí mismo, contemporáneo y amigo de Dante, enemigo de los cardenales politicastros y de los monjes barrigudos y pseudointelectuales, claro y justiciero como una espada del espíritu, antídoto del compromiso y de la mundaneidad de lo espiritual. Dante le hubiera colocado en el Purgatorio, donde habría pagado sin rechistar por sus pecados literarios, ya que no ha gustado otros. Creo que, gracias a él, la Argentina ha dado algunos grandes pasos adelante por el camino de la inteligencia y que es el único personaje de este país, entre todos sus contemporáneos, que merecerá un monumento. Le será erigido por el contrario a algún político incongruente y charlatán, acarreador de desastres para su patria."
Vintila Horia "Diario de un campesino del Danubio", Jueves 21 de Enero de 1965.
Fuente: Desde mi Numancia, http://ossariavetus.blogspot.com.ar/2013/01/leonardo-castellani-visto-por-vintila.html
miércoles, 20 de febrero de 2013
martes, 19 de febrero de 2013
La Puerta Angosta: Las HEREJÍAS de LEONARDO CASTELLANI
lunes, 18 de febrero de 2013
Tradición
Tradición es ese mundo ideal de valores humanos que heredamos al nacer sin merecerlo... y sin agradecerlo.
San Agustín y nosotros
miércoles, 16 de enero de 2013
Una especie de martirio
sábado, 12 de enero de 2013
El fanatismo
“El fanatismo consiste en poner arriba de todo, los valores religiosos -lo cual está bien- y después suprimir o despreciar todos lo otros valores, lo cual está mal”
viernes, 11 de enero de 2013
Faltan iguanas, eso sí
JUEVES, 10 DE ENERO DE 2013
De iguanas y víboras
Se agarraron al fin en una mañana tostada por un sol de enero, se agarraron como todo el mundo en el ribazo sabía que se tenían que agarrar, hasta el infelicísimo, el distraidísmo Tatú.
-Mire usté..., terrible, muy impresionante. ¿Fábula, no?
-Sí. De Castellani. Bastante conocida, le diré. Una de las que dice aprendió en la Laguna Pipo.
-¡Qué cosa! Mete miedo...
-Precisamente.
jueves, 10 de enero de 2013
Qué va a cantar si no canta lo que siente
lunes, 7 de enero de 2013
Maneras de hombre
miércoles, 2 de enero de 2013
Hernández, Castellani y la obediencia
MIÉRCOLES, 2 DE ENERO DE 2013
Desobediencia
“-¡Qué animales son estos animales!”.
“-Pero estos hombres son más brutos que nosotros!”.
Yo supe tener una yegua que hablaba –naturalmente, como todo animal de fábula- y hablaba con las orejas.
Una vez la Chuncha tuvo que haberme matado y no me mató por pura consideración. La llevé a beber en el Río Grande de Salta –llamado también Arias y Santa María-, jornada y media de Cafayate, y era una temeridad, como supe luego. La obligué a entrar; y es que el animal caballar es sonso para el peligro; es demasiado obediente, no es como el mular, desconfiado. Era febrero, el agua venía como ariete y la arena floja. Para mejor, ese agua no sirve para abrevar, por el salitre. No me fijé que hundía en la arena cada vez más los vasos; y cuando noté que temblaba y resoplaba creí la mareaba la velocidad del agua, que yo mismo tenía que mirar lejos. “Bebé, animal imbécil”. Cabeceó con furia. Entonces la dejé salir. Pisó un lugar de ciénaga, hundió toda la mano, se debatió para sacarla, y hundió la zurda; y entonces se tiró de lado, pero con todo cuidado a fin de no hacerme un Sargento Cabral. Gracias a eso saqué de abajo la pierna y el pie con tiempo; que si me lo agarra entre su cuerpo y una piedra, lo hace salame.
Le pegué una paliza al salir –pues con la ira me parecía entonces que era toda la culpa de ella- diciendo: “¡Qué animales estos animales!”. La yegua contestó con las orejas la respuesta que puse arriba.
Hicimos las paces al rato; y entonces yo, con serena intención de instruirla, le empecé a decir los siguientes versos:
El que está sujeto a otroCon gran sorpresa mía, que no la sabía poeta, la Chuncha volvió la cabeza, y contestó de contrapunto esta estrofa:
nunca tuvo suerte blanda,
pero su soberbia agranda
el rigor de que padece.
Obedezca el que obedece
y será bueno el que manda.
Mande bien el que está arriba
si de Dios quiere hacer caso,
si de Dios es como el brazo
no haga a Dios aborrecible,
pues si manda lo imposible,
reventó la yegua el lazo.
Como se ve, cita como de memoria el texto del poema y cita desprolijo. Pero el sentido no se mueve, porque obedecer es estar sujeto a otro, en cualquier caso. Más todavía: la respuesta en verso de la yegua va directo al punto en controversia, refutándolo, que sería esa relación como causal entre la calidad del mando según sea la calidad de la obediencia, cosa, como digo, medio intragable salvo (y no estoy seguro de que salga del todo bien...) que se le hagan todos los secundumquides que a uno se le pudieren ocurrir. Podrá decirse, por ejemplo, que el consejo está circunstanciado y que de ese modo confirma la doctrina más exigente, porque se trata allí de que, en el caso de que sea lícito obedecer, mejor le vale al súbdito (que está sujeto a otro) no tentarse con la soberbia y más específicamente la vanagloria de retobarse, porque de ese modo pone al mandamás en situación de apretar las clavijas, para someter a quien debe someterse, y así, el sometido sufre el doble... por su culpa.
Podría ser. Lo voy a pensar, de todos modos, porque ni a mí me convence del todo, aunque su razón le asiste al comento ése.
En Cristo y los fariseos, a propósito de otra cosa (más bien religiosa), Castellani vuelve a tratar el asunto con mayores pormenores y desarrollos, en un capítulo que se llama Sobre la obediencia. Una cosa es la prosa, por cierto, y otra la lírica, aunque según se ve, ruedan ambos textos a lo mismo.
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