"Fue en Salta donde encontré a uno de los personajes más completos que me ha sido dado conocer, el padre Leonardo Castellani (su familia era de origen florentino y en Florencia aún existe la vía de Castellani). Vino a visitarme al hotel y charlamos un largo rato como si hubiésemos sido amigos de toda la vida. Volví a verle más tarde en Buenos Aires. Había publicado varios libros; entre ellos, una traducción completa al español de la "Suma Teológica", novelas, estudios filosóficos, poemas; continúa publicando todavía y yo le tengo por uno de los espíritus más libres, más fecundos y más valientes de nuestro tiempo. Su "Apokalipsis" (respeto su ortografía) se encuentra entre los pocos libros que me he traído el año pasado de París, donde lo recibí poco antes de venirme para Madrid. Su aventura personal constituye otro libro, que alguien escribirá algún día. El padre Castellani había sido jesuita, se encontraba en conflicto con su Orden y el obispo de Salta le albergaba en el edificio del obispado, donde le devolví la visita algunos días depués. Sus tormentos estaban marcados sobre su rostro. Sentí en seguida una viva simpatía por él, de la que no llegó a darse cuenta nunca, porque la grandeza de aquel sufrimiento, el genio espontáneo que brotaba de él a cada palabra, su violencia y su timidez me hicieron tomar distancias, para poder contemplar mejor aquel fenómeno humano. Poseía una ortografía particular y escribía Schopen en lugar de Schopenhauer, Kirkegar y así sucesivamente. No le he escrito nunca. Me gustaría volver a verle. Entretanto, se ha reconciliado con su Orden y con la Iglesia y continúa publicando al ritmo de un libro o dos por año. Parecía salido de la Edad Media, hasta tal punto tenía el aire de un hombre sin desfallecimiento y seguro de sí mismo, contemporáneo y amigo de Dante, enemigo de los cardenales politicastros y de los monjes barrigudos y pseudointelectuales, claro y justiciero como una espada del espíritu, antídoto del compromiso y de la mundaneidad de lo espiritual. Dante le hubiera colocado en el Purgatorio, donde habría pagado sin rechistar por sus pecados literarios, ya que no ha gustado otros. Creo que, gracias a él, la Argentina ha dado algunos grandes pasos adelante por el camino de la inteligencia y que es el único personaje de este país, entre todos sus contemporáneos, que merecerá un monumento. Le será erigido por el contrario a algún político incongruente y charlatán, acarreador de desastres para su patria."
Vintila Horia "Diario de un campesino del Danubio", Jueves 21 de Enero de 1965.
Fuente: Desde mi Numancia, http://ossariavetus.blogspot.com.ar/2013/01/leonardo-castellani-visto-por-vintila.html
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