“SER IMBÉCIL ES PECADO”
EL FABRIL DE FRASES HECHAS
Apenas hubo el rubicundo Febo asomado la rútila y aberenjenada faz por entre las randas y encajes de oro de las nubes orientales, cuando dejó el nuevo Gobernador muy descansado y bien dispuesto las bienhechoras chalas y se dirigió a la Sala de las Medidas Momentáneas para resolver los asuntos del día. No bien se hubo sentado cuando se abrieron las anchurosas puertas y entró por ellas el Doctor Pedro Recio trayendo del brazo a un señor desvaído, descolorido y sin señas particulares que traía colgado al cuello una especie de organillo titirimundi o máquina de calcular. Mirólo Sancho atentamente, sin poder hallar en él cosa de provecho, y después dijo al hombruco con reposada voz y continente: [Seguir leyendo...]
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