Filósofos no son los que repiten ideítas o esquemitas o sistemitas de otros, autobautizándose filósofos por ello, sino el hombre capaz de pensar la realidad presente y digerirla en proposiciones abstractas claras (sistemáticas) convincentes (demostrables) y practicables (vitales)...
Tal es Nimio de Anquín, el laborioso doctor cordobés...
El filósofo antiguo no era un charlatán ni un repetidor pagado sino un carácter, un varón que vivía sus ideas y que hincaba su vida como una cuña delante de la brutalidad de los déspotas o la imbecilidad de las turbas.
El valeroso y tranquilo de Anquín, que por mucho que escriba no será nunca nimio, recuerda aquellas grandes figuras, un Heráclito, un Boecio, un discípulo de Donoso Cortés mucho más filósofo y menos orador que el maestro.
Esencia del liberalismo.
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