Yo doy gracias a la Providencia de haber pasado dosaños como interno —no como internado— en el Manicomio de Santa Ana de París, lo cual me ha habilitado enormemente a entender al mundo moderno. Según los psiquiatras hay actualmente en Buenos Aires 50.536 locos sueltos, sin contar los que no entran en las estadísticas.
Este hecho simple hace sumamente peligrosas en la Argentina todas las cosas que pueden interpretarse a lo loco, empezando por las Revoluciones y acabando por las conferencias y los artículos. Yo no niego que sea lícito dar una conferencia o escribir un artículo con greguerías o juegos de palabras en una sala de Buenos Aires, donde según el cálculo de probabilidades tiene que haber por fuerza 2 ó 3 de los 50.536. Pero afirmo que hay que tener cuidado exquisito, y estar seguro de que ésa es la misión que uno tiene de Dios; porque de lo contrario puede salir de allí algún taita de los 50.000 con una palabra atravesada, entenderla al revés, sacar un revólver y empezar a tirar tiros al aire.
Hay que inventar o restaurar de nuevo las conferencias en silencio. Las conferencias en silencio son las buenas obras.
No conoce el arte de escribir artículos el que ignora el arte de romper un artículo.
Esta meditación la hice el domingo pasado a la mañana para determinar si debía o no seguir escribiendo artículos. Como ven ustedes el resultado fue otro artículo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario