El hombre es el animal más social que existe, dice el Filósofo, a causa de la palabra. Siendo pues la palabra causa de la sociabilidad e instrumento de la convivencia, hay que respetarla. El que no la respeta se llama (gradualmente) inculto, insincero, falso, mentiroso, embaucador, felón y perjuro, nada menos. El primer malentendido internacional que existió en la historia, ocurrió, según cuentan, en la Torre de Babel, a causa del falseo de las palabras; porque empezaron los constructores del primer rascacielo a llamar ladrillo a la cal, cal a la cuchara, cuchara al andamio, andamio al cimiento y cimiento al ladrillo, con lo cual se pelearon, y en vez de hacer entre todos la torre que rascase el cielo, empezaron a construir muros y fosos para separarse unos de otros. Muchas otras veces después de eso (y ahora entre ellas), el mundo se ha encontrado en una babel universal a causa de ese persistente prurito que tienen los mortales de rascar el cielo, de lo cual viene la confusión de las palabras; y de ahí, muchos otros males. [En el blog de Cabildo. Seguir leyendo.]
Punto de encuentro de todos aquéllos que estén interesados en vida y obra del Padre Leonardo Castellani (1899-1981)
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