¿Cómo se conoce la verdad? Eso es el principio del filosofar. Nadie aprende filosofía si un problema vital no se le pone en forma abstracta; podrá aprenderla de memoria, pero eso no es filosofar.
A algunos, que tienen una cabeza especial, todos los problemas vitales se le ponen desde niños en forma abstracta: Leibnitz cuenta en una de sus cartas que a los quince años pasó una tarde muy agitada paseando en el bosque de Viena, deliberando con toda el alma si retendría o no la materia prima y las formas sustanciales de la Escolástica.
Pero yo no fui de esos niños abstractos. El Chaco no es Viena.
San Agustín y Nosotros
Antiguo mapa jesuítico (1647) del territorio situado entre Asunción y Buenos Aires |
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