Palabras pronunciadas por el padre Castellani en la cena que se le ofreció el 5 de diciembre de 1970 con motivo de cumplir sus 70 años de vida y sus 50 de escritor
Lo primero que debo hacer es agradecer
esta gran manifestación de amistad, grande en cantidad y más aún en
calidad. Esto significa algo, nosotros queremos que signifique algo.
Tuve que aceptar este homenaje más por el bien común que por mi propia
vanidad. Eso de “homenaje” parece cosa más bien de Rotary Club o La
Nación diario en su centenario. Pero recordé que Cristo aceptó un
homenaje; aunque lo aceptó como preparación para una buena muerte; y
dijo defendiendo a la mujercita que le echaba aceite sobre los pies y se
los enjugaba con su cabellera —cosa difícilmente agradable— que la
dejaran hacer, porque eso significaba que Él ya estaba muerto. Del mismo
modo aquí yo debo pronunciar mi testamento. O para no ser romántico, mi
despedida. [Seguir leyendo...]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario