Punto de encuentro de todos aquéllos que estén interesados en vida y obra del Padre Leonardo Castellani (1899-1981)

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viernes, 30 de septiembre de 2011

Sebastián Randle: Castellani

*Vórtice, Buenos Aires, 2003, 899 pp. 

¡Vaya cura! ¡Vaya libro! Tras novecientas páginas de lectura, interrumpida con enfado y recuperada con ansia, enorme decepción. ¿Cómo se puede terminar esto? ¿Dónde hay más para conocer mejor a Castellani? ¿Qué pasó después?

Sebastián Randle no sabemos si es mejor historiador que escritor o lo contrario. Con un estilo moderno, desgarrado, argentinista hace a un tiempo literatura e historia y consigue un espléndido resultado. Cierto que el personaje se lo facilitó pues el también era, a la vez, historia, literatura, religión, personalidad y, más que nada, sobre todo, insoportabilidad. Porque el P. Castellani, hay que decirlo, era insoportable.

Los jesuitas argentinos de su tiempo eran buenecitos, tranquilitos, aborregaditos... Y aun así, quedaban bien. Estaban por encima de la media, eran apreciados y reconocidos, vivían felices en esa alta burguesía clerical, de respetos mutuos, alabanzas mutuas y satisfacciones mutuas. Hasta que les llegó el P. Castellani. Convencido de que para seguir a Jesús no había que ser buenecito, aborregadito y tranquilito. Y que tampoco se podía hacerlo desde la cómoda tranquilidad burguesa. Desde ese establishment de reconocimientos y alabanzas recíprocas. Pero, sobre todo, no se le podía seguir desde la tontunez. No que el tonto no pudiera alcanzar el reino de los cielos. Castellani siempre vivió en el mundo y conocía sobradamente a sus habitantes. Claro que en el corazón de Dios cabía el tonto. Vaya corazón más vacío si no cupieran en él. Lo que le sublevaba es que el tonto fuera el dirigente. Porque, qué triste porvenir el de los dirigidos. Llevados no a Dios sino a lo que el tonto, por ignorancia o comodidad, o por ambas cosas, creía que era Dios. O le interesaba decir que era Dios.

Fácilmente se comprende el conflicto que se creaba en la Compañía de Jesús cuando llegaba a ella un P. Castellani. Inteligencia privilegiada, pluma brillantísima, carácter difícil, inclinado a meterse en cualquier charco, que suscitaba entusiastas adhesiones foráneas y no pocas reticencias internas, de las que la envidia no era ajena en estas últimas.

En el libro que comentamos, muchas cuestiones están apenas apuntadas. Y a veces en no pocas páginas. Porque respecto a Castellani todas son pocas. Él desborda cuantas se le dediquen. Su influjo en la política y de la política en él, sus trabajos literarios que abarcan tantos temas, sus amigos, tantos, sus enemigos, tantos, su estilo, sus versos, su castellanidad... Randle sugiere a veces, explica otras... Y yo creo que enfada siempre. Porque el lector querría más. Yo le comprendo. Novecientas páginas. Ya la empresa editorialmente era locura. Y serían necesarias más. Muchas más. La culpa no la tiene el biógrafo. La tiene el biografiado.

Fue Castellani un jesuita atípico. O, tal vez, demasiado típico para lo que quizá fuera entonces una ya atipicidad jesuítica. Y ciertamente un golondrino en la provincia jesuítica argentina. Del libro quedan muy mal el provincial y asistente Travi y el general Janssens. Creemos que Castellani les superó ampliamente. A Travi porque le desbordaba en todo. Y al P. General porque nunca llegó a entenderle. No era fácil entender a Castellani y menos cuando las informaciones venían contaminadas por su persona de confianza, el P. Asistente, absolutamente desquiciado por las “desobediencias” y, sobre todo, por la personalidad de Castellani.

El relato de la salida de la Compañía de Jesús de Castellani se lee como una novela de intriga. Hasta la fuga del jesuita recluido en Manresa. Y aquí una leve apostilla a Randle. No eran tan malos sus superiores. Es que Castellani les desquiciaba. Y cuando alguien pierde el “quicio” sus decisiones pueden ser injustas y faltas de caridad.

Después de la lectura de la obra yo me atrevería a pedir a Sebastián Randle, después de felicitarle por tan espléndido libro, que nos ofreciera otro con lo que falta de éste. Aunque nos tememos que ello de nuevo rebasaría las novecientas páginas y nos haría reclamar un tercero y un cuarto con más precisiones. Que si están tan bien escritos como éste se leerán con sumo gusto y notable aprovechamiento.

Francisco José Fernández de la Cigoña







18 comentarios:

Anónimo dijo...

de cuándo es el artículo?

Castellaniana dijo...

Verbo nn. 437-438 (Madrid: Fundación Speiro, Mayo de 2005).

Sargento Cruz dijo...

Acabo de leer el artículo y coincidentemente leí esto otro

http://historia.libertaddigital.com/misterios-y-maledicencias-en-torno-al-padre-castellani-1276239405.html

¿Ahora resulta que los españoles son los que exhuman la obra de Castellani?

Es un tema sobre Castellani, actual y que no va a ser fácil de digerir
Bien por el Cura que llegará a la Madre Patria, mal por quienes pretenden adueñarse de su obra.

Castellaniana dijo...

Mi sargento,

le agradezco su comentario.

En cuanto al artículo de "Libertad Digital" de un autor argentino, ya lo habíamos visto, pero, en realidad, no agrega nada nuevo.

Castellani ha llegado a España de la mano de Juan Manuel de Prada, escritor y periodista relativamente famoso allí. Ha hecho una gran obra popularizándolo en antologías anotadas con una buena y accesible selección para el público español que no tiene cómo conocer hechos y personajes que aún a nosotros en la Argentina se nos han olvidado.

Anónimo dijo...

Cierto que duele un poco que los "gallegos" se apropien el mérito de un pretendido "rescate" de la obra de Castellani. Lo cual no es cierto, allí están todas las ediciones que ilustra este blog, allí está Vórtice, y allí está, sobre todo, el Ladrillo Verde.
Igual, lamentarse es como hacer pucheritos de niño caprichoso y egoísta, y seguirles el juego. Deberíamos alegrarnos más por que se difunde su obra que por otra cosa.

SP5 dijo...

Todo bien, loco. Pero que escriba la segunda parte o se va a armar quilombo.

Anónimo dijo...

Habría que hacer un trabajo fino cantándole ciertas verdades: que es necesaria una segunda parte; que luego de su primera una segunda no alcanzaría el brillo suficiente si la escribe otra persona, pues tamaña obra desde lo histórico y especialmente lo artístico no es imitable o fácil de igualar. El supo historiar a Castellani con un estilo propio, pero que tiene algo del de Castellani, y esto nos hizo leer la obra en la atmósfera exacta. Luego de esto no nos conformaría una simple historia del cura sin ese "toque" que le supo dar. Siempre sería un plagio al biógrafo.
También que no faltarán los amigos que posibiliten lo crematístico de la edición, tema tan complicado en un tiempo donde a las cosas nobles no se le ponen nunca las cosas fáciles.
Y por último, lo que es seguro, que contará con la ayuda de más de un amigo para la organización, búsqueda, clasificación de papeles y otras tareas menores pero que pueden dar una mano.
De a 5 años de la historia del cura al año en no mucho se termina. No tiene que estar para "ya".
No sé, digo yo.

Walter E. Kurtz dijo...

Estimados SP5 y Anónimo de las 12:00,

Sin conocer los proyectos del autor y de su editor al respecto, me parece que la idea del ladrillo verde era justamente historiar el despelote de Castellani con la Compañía de Jesús, por eso se agrega como apéndice una carta de C. de fecha posterior al límite del trabajo (1949), cuando, tras el Concilio, le ofrecieron rehabilitarlo. Y hay cuestiones, que no están relacionadas directamente con este tema, que no fueron tratados por el autor o que son relatados de pasada. Se me ocurre que al ladrillo podríamos ponerle el subtítulo "De cómo se frustró el proyecto Castellani" (cf. prólogo galeato a "Las canciones de Militis").

Por otro lado, si se lee cuidadosamente, el Mamotreto está lleno de referencias a hechos posteriores a esa fecha límite, incluyendo citas de "Jauja", las entrevistas que dio o la famosa carta al nuncio.

En una segunda parte, habría que enfocarse en algún otro hecho desencadenante de la vida del Padre que no se me ocurre cuál sería, o seguir con el foco puesto en Manresa y la expulsión, pero donde quizá el autor se vería obligado a repetirse demasiado.

Por otro lado, si se quiere colaborar con la editora del ladrillo verde (que cuenta con abundante material castellaniano aún inédito), se puede hacer fácilmente dándose una vuelta por Hipólito Yrigoyen 1970, comprándole libros, difundiéndolos y/o acercando material.

Por supuesto que si sale una segunda parte, estaré entre los primeros que la adquieran.

Anónimo dijo...

Bueno, estimado Cnel., la segunda parte sería más o menos saber que pasó con el hombre. Se quedó en bolas, la pasó como el ort.., le quitaron todo, y, voilá, -esto no es mío- ante la nada empezó su producción netamente religiosa.
Pero coincido en que no hay nadie más indicado para escribirla que S.R.
Tirarle el fardo a otro sería como lapidarlo con el ladrillo verde y decirle a la vez: sos libre, escribíla vos. Pero el pobre tipo no se podría mover, aplastado por tamaño peso.
Pero creo que hay que escribirla, y el pedido de Fernández de la Cigoña es universal. La gente quiere saber qué le pasó después a Castellani de carne, hueso y alma.

Whiskerer

Walter E. Kurtz dijo...

Si Ud. lo dice, estimado Whiskerer, así debe ser.

Vamo' a hacé un piquete en Beautiful View hasta que el Doctor se comprometa a sacar la 2ª.

Anónimo dijo...

Meta, pero no va a ser fácil. No se si tendrá ganas de meterse otra vez a sufrir bajo la piel del Padre.

Whiskerer.

CP dijo...

Excelente la idea del Coronel. Organizar piquetes sobre la calle P... para forzar una nueva edición.

En la era de la Argentina K hay que adoptar las nuevas tecnologías disponibles.

SP5 dijo...

Soy partidario del apriete.

Habría que comenzar por llamados telefónicos haciéndonos pasar por tipos peligrosos.
También con seguimientos callejeros durante varias cuadras lo suficientemente visibles como para que se avive que tiene detrás a 2 o 3 hombres serios, que llevan gorros, sobretodos y anteojos negros.

Anónimo dijo...

Va tomando color.
Los tres tipos deberían ser un gordo, un flaco y un petiso.

Anónimo dijo...

dejarle algun animal muerto en la puerta de la casa no estaría mal, tampoco. Tengo entendido que no sería la primera vez.

Anónimo dijo...

O pedirle a los rugbyers del Regatas que le hagan una visita.

Anónimo dijo...

Les envío la invitación para la Jornada que se realizara en la Pontificia Universidad Católica Argentina en Homenaje al Padre Leonardo Castellani, por conmemorarce este año el 30 aniversario de su fallecimiento (1981-2011). La misma es de entrada libre y gratuita y esta destinada a todas aquellas personas que quieran participar de la misma, por lo cual se ruega su difusión.
La jornada tendrá lugar los próximos jueves 13 de octubre y viernes 14 de octubre en el Pabellón de las Bellas Artes (Av. Alicia Moreau de Justo 1300, Edificio Santa María: Planta Baja), a partir de las 17:30 hs. El detalle de los expositores y actividades se detalla en el archivo adjunto.

Castellaniana dijo...

Estimado,

Gracias por la invitación. Ya la hemos recibido también por otro lado.

Cordialmente