Punto de encuentro de todos aquéllos que estén interesados en vida y obra del Padre Leonardo Castellani (1899-1981)

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jueves, 29 de diciembre de 2011

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Para recordar en estas fiestas...

“Desconfíe grandemente
Del que nunca se emborracha
O es santo o viejo vizcacha
Pero hay pocos santos puros
Yo, Dávalos y otros churos
Tenemos la mesma macha…”

- La Muerte del Martín Fierro




Dedicado a nuestro amigo y colaborador Whiskerer, "Un caminante de las tabernas de la postmodernidad".

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¡Feliz y Santa Navidad!

Cristo quiso nacer en la mayor pobreza, quiso hacernos ese obsequio a los pobres.

La piedad cristiana se enternece sobre ese rasgo y hace muy bien; pero ese rasgo no es lo esencial de este misterio: no es “el misterio”.

El misterio inconmensurable es que Dios “haya nacido”.

Aunque hubiese nacido en el Palatino, en local de mármoles y cuna de seda, con la guardia pretoriana rindiendo honores, y Augusto postrado ante El, el misterio era el mismo.

El Dios invisible e incorpóreo, que no cabe en el universo, tomó cuerpo y alma de hombre, y apareció entre los hombres, lleno de gracia y de verdad: ése es el misterio de la Encarnación, la suma de todos los misterios de la fe.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Sobre una carta de Alberto Rougés al P. Castellani (1939)

tucumanos

APENAS AYER

Rougés y el analfabetismo


Sábado 10 de Diciembre de 2011 | Juicio sobre la tarea que condujo en 1931.

Autor

Autor
Redacción LA GACETA

En carta del 27 de agosto de 1939 a Leonardo Castellani, el gran filósofo tucumano Alberto Rougés hacía consideraciones sobre el analfabetismo. Recordaba que en 1931 presidió el Consejo Escolar Nacional del Distrito Tucumán, y enumeraba la actividad que éste cumplió.


ALBERTO ROUGÉS. El filósofo presidió el Consejo Escolar Nacional de Distrito. LA GACETA / ARCHIVO


Juan el Bautista y los fariseos

Homilías de lujo
Hoy, tercer domingo de Adviento, ¿qué dijo Castellani sobre Juan el Bautista y los fariseos?
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=19415
«El fariseísmo es la sífilis de la religión», afirmó el gran jesuita argentino, que no se andaba con tapujos.
Carmelo López-Arias / ReL

miércoles, 30 de noviembre de 2011

APOLOGETICUM: P. Leonardo Castellani: El Anticristo y el Falso Profeta

APOLOGETICUM: P. Leonardo Castellani: El Anticristo y el Falso P...: Visión Undécima Las Dos Fieras Las Visiones que se siguen se sitúan ya patentemente en los últimos tiempos; por lo cual las ll...

Los cuatro septenarios

LA HONDA DE DAVID






El gran Castellani, en su "Apokalypsis de San Juan" nos abrió el camino, y con cuánta amenidad, para entender los cuatro septenarios del último libro de la Revelación. No obstante, porque "un enano en los hombros de un gigante" ve más lejos y porque,  a diferencia de él, tenemos frente a nosotros acontecimientos que él no pudo presenciar, nos atreveremos a hacerle algunas modificaciones -explicando las circunstancias que las motivan- a alguna de sus aserciones referidas precisamente,  casi en la generalidad de los casos,  a eventos contemporáneos. [Seguir leyendo...]

martes, 29 de noviembre de 2011

"...Podría decir (digo yo) Leon Bloy"

Leon Bloy - por Leonardo Castellani


Yo vivo ya en los últimos tiempos.
Yo conozco la Gran Tribulación.
Yo he visto al Anticristo....
podría decir (digo yo) Leon Bloy.
Viernes Santo de 1953

Sobre la nueva edición española de "El Evangelio de Jesucristo"


  • CUANDO LA PALABRA DE DIOS LLEGABA POR RECITACIÓN

    ¿Se contradicen los Evangelios?

    http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/iglesia/se-contradicen-los-evangelios-20111124
    26 NOV 2011 | Carmelo López-Arias
    Las discrepancias entre los sinópticos (san Mateo, san Marcos y san Lucas) fueron durante miles de años un quebradero de cabeza hasta que las explicó un jesuita francés, Marcel Jousse, en 1925. Otro jesuita singular le sirvió de perfecto altavoz: el gran Leonardo Castellani.

  • ¿Cuándo curó Jesús a los ciegos en Jericó, antes de llegar a la ciudad, o después de abandonarla? ¿Eran uno o dos los endemoniados gerasenos? ¿Fue hombre o mujer la persona ante quien negó Pedro a Cristo por segunda vez? Estas pequeñas discrepancias de los evangelios sinópticos (san Mateo, san Marcos y san Lucas) fueron un quebradero de cabeza para los exégetas hasta que las explicó en 1925 el jesuita y psicolingüista francés Marcel Jousse.
    Sus teorías las recogió el sacerdote y escritor argentino Leonardo Castellani en la introducción de un libro que se publica ahora por primera vez en España, con prólogo de Juan Manuel de Prada: El Evangelio de Jesucristo (Cristiandad).
    Reúne sus homilías para cada domingo del año litúrgico: punzantes, poco convencionales... Doctrina y piedad envueltas en ese estilo hosco-irónico tan peculiar suyo, popular y erudito a la vez, profundo en ideas y genial siempre en la expresión.
    Los cuentos de la abuela
    ¿Y qué sostenía el padre Jousse? Que los Evangelios no son libros escritos, sino transcritos, a partir de un recitado que obedecía a las leyes propias de una época ágrafa y de una cultura oriental no grecolatina.
    Los recitadores populares (meturgemanes) recogían sus enseñanzas en esquemas rítmicos fácilmente memorizables basados en clichés, frases hechas y palabras mnemotécnicas. Estos recursos buscaban desatar un automatismo mental en la recitación que garantizase la fidelidad de la transmisión durante generaciones.
    Como su abuela doña Magdalena, dice Castellani, que les contaba cuentos infantiles siempre igual, tal y como los había aprendido. De tal forma que si la historia tenía tres partes..., ¡era incapaz de empezar por la segunda!
    Los apóstoles, como Mateo, recitaban en arameo. Otros meturgemanes, como Marcos o Lucas, lo calcaban oralmente en griego encajándolo en sus personales clichés, recurriendo a sinónimos e interpretando en un sentido u otro palabras que, por una degradación fonética que Jousse detalló en sus estudios, tenían un sonido idéntico.
    Jousse logró explicar buena parte de las divergencias evangélicas remontándose desde los textos griegos a los posibles relatos arameos. Las discrepancias siempre tenían una explicación en las diferentes formas de expresión oral original de cada meturgemán.
    El Mesías depositó el contenido del Evangelio en una muchedumbre de “imprentas vivientes”, dice Castellani. Bella metáfora para indicar que la transmisión no habría sido más fiable si lo hubiese escrito a máquina y repartido después ladera abajo.

martes, 22 de noviembre de 2011

Fotografía

El lector Luciano G. nos regala la siguiente fotografía color del P. Castellani. 

Según lo que nos cuenta, las copias se hicieron a partir de un negativo que perteneció al propio sacerdote y que encontraron en su departamento de la calle Caseros luego de su muerte. 

Hay varias versiones de la misma dando vueltas, pero esta copia es muy nítida. 

Posiblemente sea una de las últimas imágenes de Castellani con vida. Y de las poquísimas fotografías a color de que disponemos, es la de mejor calidad.

Clic para ampliar





jueves, 17 de noviembre de 2011

Castellani sobre aristocracia y tradición


Gracias al lector y amigo Pablo J. podemos contar con el siguiente texto inédito en la web:




Castellani - Prólogo a "Reflexiones sobre y desde la Pampa" de J. V. Schoo

Audios del P. Castellani



En YouTube, el usuario "Malpibe" ha subido gran cantidad de archivos de audio con homilías, discursos y charlas de Castellani. Aquí.


viernes, 11 de noviembre de 2011

Leonardo Castellani: El Apokalypsis de San Juan (Edición española)

    10
  • NOV 2011
  • 4

  • Lecturas XXVIII: El Apocalipsis al alcance de muchos
    Un libro magnífico de Leonardo Castellani
    Leonardo Castellani: El Apokalypsis de San Juan. Prólogo de Juan Manuel de Prada. Homo Legens, Madrid, 2010, 405 pgs.
    Cabía esperarlo. Porque el autor es inteligente, brillante, rompedor y hasta tocanarices. Juan Manuel de Prada se ha empeñado en dar a conocer a Castellani a los españoles y lo está logrando con algunos. Que sin duda se lo agradecerán.  Primero con una colección de artículos del sacerdote argentino, que ya comenté en el Blog con todo elogio, y ahora con la obra más comprometida de Castellani. A ambos libros dedicó dos inteligentes prólogos. De más difícil acceso es otro libro imprescindible para conocer a Castellani, la biografía que en Argentina publicó Sebastián Randle. Aunque tiene un gran defecto pese a su gran número de páginas., Concluye con la salida de Castellani de la Compañía de Jesús. Con lo que queda buena parte de la vida del ya exjesuita por conocer. Y fue tan apasionante, o más, que la de los años biografiados..
    El Apocalipsis es un libro que calificarlo de difícil es quedarse muy corto. Yo sólo tuve dos encuentros con él. El primero cuando debía tener quince o dieciséis años y un jesuita de mi colegio me instó a leer el Nuevo Testamento.  Los Evangelios, que sustancialmente ya conocía, los leí sin el menor problema. Y los Hechos, de los que sabía menos. Las Epístolas fueron una revelación y desde entonces quedé cautivado por San Pablo. Y llegué al Apocalipsis. Que fui incapaz de terminar. En realidad, de casi comenzar. No entendí nada. Y decidí no perder más el tiempo en tal lectura. No debí comentarlo con el padre que me recomendó  el Nuevo Testamento porque no tengo recuerdo de ninguna observación suya al respecto.
    Y en mi abandono del Apocalipsis pasaron más de 50 años. Sin que se me ocurriera volver a intentar leerlo. Ahora acabo de hacerlo con Castellani, según Castellani, y me ha parecido un libro deslumbrante. Una profecía de fe y de esperanza en la segunda venida de Cristo en gloria y majestad. No es un libro de temores, como tantos han dicho, sino de esperanza cristiana y de propósito de llegar a ese día llevando el nombre del Cordero sobre la frente, escritos en el libro de la vida del Cordero. Serán tiempos durísimos pero los que permanezcan fieles tienen la Palabra de Dios.
    “Y dijo el sentado en el Trono
    (Sigo la versión de Castellani, la de Nácar-Colunga, en su 6ª edición, que es la que manejo, la hallará quien quiera en la pg. 1535, y la de Alonso Schökel en la 447 del NT)
    “Yo lo hago nuevo todo”- Y díjome: “Escribe Pues estas palabras fieles son y VERACES”- Y díjome: “Ya está- Yo soy la A y la Z, El Principio y el Fin- Al sediento yo le daré de la fuente Del agua de la Vida Regalada gratis- El que venza poseerá todo esto Y yo le seré Dios Y él será hijo mío- Mas los cobardes y los incrédulos Y los asquerosos, los asesinos, los fornicarios Y los hechiceros y los idólatras Y todos los que mienten- La herencia dellos En el lago ardiendo En fuego y azufre, Lo cual es la Muerte Segunda””.
    No voy a decir que después de Castellani todo el Apocalipsis queda meridiano porque él mismo dice que hay pasajes que no sabe cómo interpretar. Y tampoco sostengo que la versión del sacerdote argentino es la canónica. Que tampoco la hay. Las profecías no son meridianas hasta que se cumplen y éste es un libro profético. Muchos autores han dado su interpretación del texto joanneo. Castellani recoge unas, rechaza otras, da la suya… Y la que da es brillante, apasionante, católica. Confirma en la fe y en la esperanza. Llegará un día en el que el Apocalipsis será un libro inútil porque ya se habrá cumplido y los hombres estarán gozando de Dios o en el fuego y en el azufre. Cuando ya no habrá profecías. Se habrán cumplido.
    Estamos ante un libro de absorbente lectura, ante una llave que abre el Apocalipsis, o lo abre de algún modo. Y en mi opinión desde la más absoluta ortodoxia. Aunque la fe no imponga seguir la interpretación de Castellani en todos sus puntos. ¿Hay reliquias de milenarismo en su versión? Ciertamente. Pero entiendo que en un sentido totalmente católico.
    Me ha parecido un texto apasionante que recomiendo vivamente a todos mis lectores que tengan un mínimo de formación religiosa y cultural. El que no llegue a esos mínimos, que se abstenga. Y también del Apocalipsis. Porque no entenderá nada.
    La cigüeña de la torre por De la Cigoña

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Jornada sobre el padre Leonardo Castellani (Rosario)


(AICA, Bs. As., 8 de noviembre de 2011)     El sábado 19 de noviembre, de 15.30 a 19.30, se realizará la jornada: “La Iglesia fue su vida, la Patria fue su herida”, sobre el padre Leonardo Castellani. Este acontecimiento, organizado por el Instituto José Manuel Estrada, tendrá lugar en la parroquia Santa Rosa de Lima (Mendoza 1381, Rosario). 

martes, 1 de noviembre de 2011

Castellani a 30 años de su muerte (Rafael Breide Obeid en televisión)



El rector de la Universidad Católica de La Plata, doctor Rafael Breide Obeid, habla en este reportaje sobre el "Padre Leonardo Castellani" (1899-1981), a 30 años de su muerte (Programa "Claves para un Mundo Mejor", sábado 15 de Octubre del 2011).

lunes, 31 de octubre de 2011

Pastores...


En la Argentina no hemos tenido pastores santos, si se exceptúa el bondadoso y un poco corto Mamerto Esquiú. Hemos tenido en cambio pastores malnacidos, pastores cobardes, pastores avarientos, pastores iletrados, pastores simoníacos, pastores embusteros, pastores calumniadores, pastores concubinarios; y los peor de todo, pastores villanos, estúpidos o idiotas. Yo lo pongo en tiempo pasado, S.E. es muy posible que pueda conjugar el tiempo, si, como creo, no pertenece a ninguna de esas categorías. El diablo conoce muy bien aquello de “heriré al pastor y se dispersarán las ovejas” . En nuestro país ha hecho una obra fina; y a consecuencia de ella, la Iglesia Argentina es un montón de ruinas, donde se esconden no pocos bichos, algunos venenosos.

Carta al nuncio Zanin (1954)

[Visto en: http://capillavedia.blogspot.com/2011/10/una-dosis-de-anti-clericalismo-en.html]

miércoles, 26 de octubre de 2011

El Chaco no es Viena

‎¿Cómo se conoce la verdad? Eso es el principio del filosofar. Nadie aprende filosofía si un problema vital no se le pone en forma abstracta; podrá aprenderla de memoria, pero eso no es filosofar. 

A algunos, que tienen una cabeza especial, todos los problemas vitales se le ponen desde niños en forma abstracta: Leibnitz cuenta en una de sus cartas que a los quince años pasó una tarde muy agitada paseando en el bosque de Viena, deliberando con toda el alma si retendría o no la materia prima y las formas sustanciales de la Escolástica. 

Pero yo no fui de esos niños abstractos. El Chaco no es Viena.

San Agustín y Nosotros 

Antiguo mapa jesuítico (1647) del territorio situado entre Asunción y Buenos Aires

lunes, 24 de octubre de 2011

Patriota y Parusíaco



ARQUETIPOS

Flavio INFANTE

Castellani, Patriota y Parusíaco



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De la escritura de Castellani supo decirse que es un "paneo entre tiempo y eternidad", atribución ésta propia de los profetas. Puede el hombre hablar en lugar de Dios porque vive el tiempo a la vista de la eternidad, porque su vista va de las cosas de acá abajo a las celestes, en donde reconoce el modelo y acabamiento de aquéllas. La gracia extraordinaria llamada "don de profecía" otorga al hombre una visión de lo venturo justamente porque la historia y las edades —las pasadas y las advenientes— son sumergidas, si así cabe decirse, en ese presente absoluto de la vida eterna, y desde allí se las atisba.


¿No es un sueño de nuestras mentes idealistas?


Del Profeta de la Argentina

UN INMENSO SUEÑO FUTURO
   
   
— Fuera de bromas —dijo Sancho—, contéstemén a mi pregunta. ¿Existe la Insula Agatháurica? ¿Existe la afamada República del Plata? ¿No es un sueño de nuestras mentes idealistas? ¿Es una verdadera nación este montón abigarrado de gentes que no se entienden? ¿Es una verdadera capital este agloberrado horripilante de barracas con pretensión de rascacielos? ¿No hay cuatro ínsulas o catorce o tres o dos almenos en este inmenso territorio desarticulado? ¿Cómo puede ser una nación real este conbloberrado heterogénero de vasos no comunicantes? ¿Y quién es el que gobierna aquí de veras y al fondo? ¿Y cuál es nuestro ideal, qué es lo que tenemos que hacer en el mundo? ¿Y cuál es nuestro canto y cuál nuestra bandera y cuál nuestra lengua verdadera, sacando la lengua de comerciar y sacando el tango? ¿Y cuál es nuestra religión, somos moros o cristianos, si éstos son todos los católicos que hay y el jefe dellos es Picardía?



miércoles, 19 de octubre de 2011

Dr. Sebastián Randle, "¿Quién era Leonardo Castellani? Aproximación a un personaje difícil."

Gracias al amigo Whiskerer, presentamos en exclusividad el texto de la conferencia dictada por el Dr. Randle el pasado 13 de octubre de 2011 en la U.C.A.

Castellani: un tipo difícil

Castellani a primera vista.
Tímido, hosco, retraído, calladotenía un exterior áspero, un humor astringente, gestos adustos, apenas si sonreía, nadie recuerda su risa, su palabra podía ser cortante, muy pocos de sus contados amigos accedieron a su intimidadquizás su sastre, Florencio Gamallo, quizás Ernesto Palacio, quizás ninguno.
Y claro, cualquiera que conozca someramente los hitos principales de la vida de Castellani no puede sino ver en este hombre de carácter, de temperamento, de personalidad difícil, el reflejo de una vida atribulada en extremo.
Me he pasado más de cuarenta años hablando sobre Castellani con quienes lo conocieron de una manera u otra, e infaltablemente se me ha señalado esto: que no era fácil de tratar, que raramente se mostraba afable, o que infaliblemente parecía enojado con alguien, con las cosas que pasaban, con las cosas que le pasaban, consigo mismo, quizás incluso con Dios mismo.
Y algo de eso parece desprenderse de sus innumerables referencias autobiográficas con las que salpica todos sus escritos.
No, no era un tipo fácil y quizás se puede afirmar que no era un tipo simpático.
Pero como veremos, (more about that in a minute) otro era el parecer del Padre Pío, el santo de Pietralcina.
Malhumorado.
Estaba de malhumor: un malhumor que le duró algo así como unos treinta años, desde lo expulsaron de la Compañía en 1949, hasta su muerte, en 1981.
Pero para entender esto, necesito mostrarles un par de fotos. La primera, allí donde lo dejamos, al final de mi media-biografía, parado en la escalinata del Colegio del Salvador el 18 de octubre de 1949.
Ahí lo tienen, pueden contemplarlo: está suspendido “a divinis”, ha sido suspendido sin juicio previo, no hubo acusación, no tiene defensa y de derecho ni hablar. No sabe cuándo, si acaso, lo van a rehabilitar, en una de esas el día del arquero. No puede administrar sacramentos, ni laburar de cura (apenas si le dejarán usar la sotana). No puede dar clases pues le han quitado las cátedras. No puede publicar nada, pues está siendo sistemática y prolijamente censurado. No tiene plata. No tiene dónde vivir. Tiene mala salud, una diabetes incipiente y el médico le ha dicho que si no se cuida puede quedarse ciego. No tiene qué hacer. En su diario anota: “Con sólo olvidarse ellos de mí, la máquina trituradora funciona sola.”
 Es un maldito, y está de mal humor, qué se figuran ustedes.
Otra foto: Estuvo un año en Salta donde lo recibió como “obispo benévolo” Mons. Tavella, pero allí la cosa tampoco anduvo y finalmente recaló en casa de su hermana, Magdalena, casada con Edmundo Pagano, en su ciudad natal, Reconquista, año del Señor de 1951. Lo alojaron en un cobertizo, al fondo del minúsculo jardín de la casa de los Pagano. Le ha escrito a Benítez, el confesor de Evita, para que le conceda un crédito: tiene la idea de comprar un camión para repartir leche, que de algo tiene que vivir. Y claro, Benítez ni le contestó. Y esto está en sus diarios: una tarde sale al jardín Muñeca, su hermana, y lo ve a su hermano maldito, paseándose de un lado para el otro en esos cinco metros cuadrados que hay entre el cobertizo y la casa. Aquí la foto: la hermana le pregunta de qué le vale ahora todo lo que estudió, todo lo que sabe. Y él anotó en su diario: “No supe qué contestar.”
Castellani, el maldito, de mal humor. Sigue con los insomnios, no puede dormir. La pasa mal de día, la pasa mal de noche.
Los amigos lo han abandonado, todos sus amigos jesuitas, casi todos sus amigos curas, todos los nacionalistas, salvo Federico Ibarguren y Ernesto Palacio. Con el tiempo hará migas con otros, el cura Améndola, Fermín Chávez, Ángel Vergara del Carril, el Padre Sánchez Abelenda, el joven Pancho Bosch, Tomás Richards, Margarita Quantín y algunos pocos más. Pero eso, lentamente, a lo largo de largos y pesadillescos años.
Graffigna.
Y aquí no me quiero insolentar, ni convertirme en un amigo más de Job, ni parecerme a ésos que le escribían “cartas prepotentes”, con “consuelos” falsarios del tipo “padezca, que eso le hará bien si se resigna”, etcéterapero digamos las cosas como son. Esta distinción que hacemos todos, ¿no?, que cuando las cosas nos caen bien, decimos “Dios lo quiere” y cuando nos caen mal, “Dios lo permite”…
En último término, ¿quién es el culpable de todo esto?
Dios, claro. Dios le quitó a Castellani, la salud y el sueño, las cátedras y el ministerio sacerdotal, el buen nombre y el prestigio, la compañía de buenos amigos y la posibilidad de hacer fructificar su genial talento.
Hay un texto de Taulero acerca de esto: de cómo promediando los cuarenta años de edad, a menudo aparece Dios y te rompe toda la casa. Recurre a la imagen de la dracma perdida, cómo la mujer revuelve toda la casa a la búsqueda de esa moneda. Y dice que Dios nos revuelve todo nuestro interior hasta que encuentra la dracma perdida, que es la verdadera interioridad, el verdadero corazón del hombre, el centro de la personalidad por Él creada, libre de polvo y paja, tal como Él la pensó y la quiso.
Porque ahora Castellani no es más que Castellani, sólo, con el corazón contrito, pobre, desahuciado, desprestigiado, desolado, sin esperanza alguna en este mundo, deprimido, desguarecido, desfigurado: no hay apariencia de belleza en él.
Y sigue de malhumor, qué quieren que les diga a ustedes.
Entonces sucede el milagro, tal como lo predice Taulero. Había tenido un compañero de colegio al que no veía desde hacía más de treinta años. Se trata de Santiago Graffigna, el sanjuanino de la famosa bodega. Lo que sigue ha sido contado por una nieta, monja dominica que relató el sucedido que ella había oído por tradición familiar.
Graffigna se había enterado de las peripecias sufridas por su compañero de colegio a través de los diarios, sabía poco sobre su suerte pues vivía en San Juan, y estaba preocupado con todo lo que oía. El asunto es que que en 1950 resolvió ir a Roma para el Año Santo y resolvió confesarse con el famoso Padre Pío. Al terminar la confesión le preguntó al famoso confesor: “¿Qué debo pensar sobre el P. Castellani?” Y el Padre Pío le respondió: “El Padre Castellani es un santo y hay que ayudarlo.”
De regreso al país, fue a verlo y acordaron la publicación en el diario del sanjuanino, “El Tribuno”, de una columna semanal en la que Castellani comentaría las lecturas del evangelio correspondientes a cada domingo. Graffigna le pagaría como a cualquier periodista y de allí salió el primer libro sobre Dios de nuestro autor: “El Evangelio de Jesucristo”, libro luminoso, espléndido, brillante, genial en donde Castellani despliega todo su genio, su erudición, su humor, su incisiva percepción de la realidad, su talento para ponerlo en negro sobre blanco.
Y con eso arrancará una serie de libros sobre Dios, no ya sobre los hombres. “Las Parábolas de Cristo”, “Cristo ¿vuelve o no vuelve?”, “El Apocalipsis”, “Los Papeles de Benjamín Benavídes”, “El Ruiseñor Fusilado” y muchos, muchos más.   
Y así es que el viejo hucha, el ermitaño urbano que mazca rabias en un departamento de la calle Caseros durante treinta años, produjo y le regaló a la Argentina una veintena de libros sin par, dos novelas fantásticas (Juan XXIV y Su Majestad Dulcinea”) además de la mejor revista que jamás se haya hecho en este ingrato país.
¿Y ustedes creen que el Padre Pío lo conocía al Padre Castellani? No hay la menor posibilidad. Pero lo conocía a Dios.
Y Dios lo conocía a Castellani. Y permitió que padeciera tribulaciones sin par. Y quiso hacer de él un profeta para la Argentina.
Y que todos nosotros nos beneficiáramos de su obra.
La obra de Dios.
El profeta.
Ahora, cualquiera que conozca mínimamente las Escrituras sabe que todos los profetas, absolutamente todos, son tipos difíciles, que vaticinan cosas que nadie quiere oír, que padecen persecuciones y toda clase de tribulaciones por decirlas a los cuatro vientos, que la pasan mal, que son desoídos, que terminan, como dice Newman, desilusionados.
Todos.
Y así, el 11 de octubre de 1962, año especialmente malo para Castellani, en la solemne apertura del Concilio, cuando arrancaba lo que se anticipaba sería “la primavera de la Iglesia”, el Papa Juan XXIII dijo lo que sigue:
De cuando en cuando llegan a Nuestro oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de algunas personas que, aun en su celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida.
Insinuaciones que hieren los oídos del Papa. Esto parece raro. ¿A qué querrá referirse?
Estas personas no ven en los tiempos modernos sino prevaricación y ruina; van diciendo que nuestra época, comparada con las pasadas ha ido empeorando…
Bueno, Su Santidad, qué sé yo, a fe mía… pero el Papa continúa.
Se comportan como si nada hubieran aprendido de la historia, que sigue siendo maestra de la vida, y como si en tiempos de los precedentes Concilio Ecuménicos todo hubiese procedido con un triunfo absoluto de la doctrina y de la vida cristiana, y de la justa libertad de la Iglesia.
Como ven, la imprecisión que sería la nota distintiva de los documentos de este bendito Concilio torna imperioso hacer toda clase de distinciones, pero claro, no es aquí donde las haremos. Pero el Papa continúa y va a identificar a estos personajes siniestros que hacen insinuaciones que “hieren sus oídos”:
Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, expertos en anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos fuera inminente.
Et voilà! Con estas palabras se inaugura la famosa “primavera de la Iglesia” y la larga serie de calamidades que se sucedieron en los últimos cincuenta años y cuyo inventario espero me sepan dispensar.
¿Pero quiénes serían estos profetas de calamidades? En 1962 Bouyer abrigaba grandes esperanzas, Ratzinger era demasiado joven, Von Hildebrand y Bruckberger no habían dicho esta boca es mía. Lefebvre mismo todavía no había dicho nada. ¿A quiénes se refería el Papa? ¿A Ottaviani y Bacci? Sí, eran conservadores pero nada apocalípticos y tampoco creo que por entonces tampoco hayan ventilado sus aprehensiones.
“Como si el fin de los tiempos fuera inminente” es expresión especialmente desafortunada, puesto que Cristo repite una y otra vez que volverá “pronto” y es, como lo explica Newman (y con él, todos los Padres) lo que todo cristiano, en cualquier tiempo, en todas las generaciones, debe esperar. Y si no, quitemos el Apocalipsis de entre los libros canónicos.
Yo creo que Castellani ni se enteró de esta alocución y estoy seguro que el Papa gloriosamente reinante no tenía la menor idea de quién era Castellani, aquel que hizo un agudísimo diagnóstico del estado de la Iglesia antes del Concilio y que sabía perfectamente que aquellos polvos engendrarían estos lodos, este perfecto pantano en que se ha convertido Nuestra Santa Iglesia Católica.
Sí, sin duda, Castellani era el profeta de todas estas calamidades.
La pasó mal por decirlo, quisieron hacerlo callar, casi lo logran.
Como le escribió a Mons. Plaza:
Todo el mundo sabe que tengo razón, incluso V.E. Y todo el mundo sabe que nadie me la va a dar, incluso yo.
Ja. Era un tipo difícil, creía inminente el fin de los tiempos y nos previno de la Gran Calamidad por venir, a nosotros, los fieles de los países del Plata, desde su ignominia, noche oscura y destierro.
Y es parte no pequeña de la Gran Calamidad, que todavía, cincuenta, sesenta años después, aún no se le preste la debida atención.

Sebastián Randle    

martes, 11 de octubre de 2011

Jornadas en homenaje al Padre Castellani en la UCA

En el marco del ciclo "Pensadores, Poetas y Escritores de Nuestra Tierra Criolla", organizado por el Centro de Estudios Folklóricos "Dr. Augusto Raúl Cortázar", tendrán lugar las Primeras Jornadas en Homenaje al Padre Leonardo Castellani a treinta años de su partida (1981-2011)

Las jornadas tendrán lugar los próximos días jueves 13 de octubre y viernes 14 de octubre de 2011, a partir de las 17:30 hs., en el Pabellón de las Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica Argentina "Santa María de los Buenos Aires", sito en la Av. Alicia Moreau de Justo 1300, Edificio "Santa María", Planta Baja.

Programa

Jueves 13 de octubre (desde las 17:30 hs.)


- Acreditaciones
- Bendición de la Jornada.
- Apertura a cargo de la Directora del Centro de Estudios Folklóricos “Dr. Augusto Raúl Cortazar”, Dra. Olga Fernández Latour de Botas.
- Dr. Sebastián Randle, "¿Quién era Leonardo Castellani? Aproximación a un personaje difícil".
- Dr. Jorge Norberto Ferro, "Castellani y la novela policial".
- Mag. Iván Marcos Pelicaric, "Martín Fierro y Leonardo Castellani".
- Mons. Dr. Gustavo Eloy Ponferrada, "Mis recuerdos del Padre Castellani".
- Cierre Musical a cargo de Christian Díaz y de Alejandra Cruz, intérpretes del Canto Surero Tradicional.
- Exposición bibliográfica y venta de libros.


Viernes 14 de octubre (17:30 hs.)


- Dr. Juan Luis Gallardo, "Castellani periodista".
- Lic. Franco Ricoveri, "Castellani: su itinerario filosófico".
- R.P. Dr. Alfredo Saénz S.J., "Castellani y su visión sobre el fin de los tiempos".
- Dr. Hugo Verdera, "Castellani, lectura imprescindible hoy".
- Reunión de camaradería.
- Exposición bibliográfica y venta de libros.

La entrada es libre y gratuita. Se agradece su difusión.