Punto de encuentro de todos aquéllos que estén interesados en vida y obra del Padre Leonardo Castellani (1899-1981)

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lunes, 23 de abril de 2012

Votaciones



EL FILÓSOFO mientras iba a votar, andaba revisando en su mente las opiniones de todos los filósofos conocidos acerca de las votaciones; y ordenándolas conforme al método tomista de distinguir las dos extremas, y luego alinear las medias (no las calcetas sino las opiniones medianas) conforme a su grado de aproximación a las extremas.
   
EL FILÓSOFO SE PREVINO A SÍ MISMO de paso que no siempre las posiciones medias son las mejores; hoy día más bien al contrario. "IN MEDIO CONSISTIT VERITAS", es un disparate de Víctor Cousin. El axioma genuino dice: "IN MEDIO CONSISTIT VIRTUS"; y aún este mismo axioma aristotélco no es demasiado exacto en nuestros días.
   
EL SUFRAGIO UNIVERSAL ES MALO: "las mayorías se equivocan siempre". "El sufragio  universal consiste en una Mayoría incompetente que elige entre una minoría corrompida"; "cuando oigo decir DEMOCRACIA, instintivamente me aseguro la cartera"... las opiniones extremo adversas eran de herejes como Ibsen o Bernard Shaw y de católicos como Taparelli D'Azeglio y Maurras.
   
EL SUFRAGIO UNIVERSAL ES LO MEJOR QUE HAY: La otra opinión extrema también era de heréticos como Rousseau y Lammenais, y de católicos como Chesterton y los "democristianos".
   
LA OPINIÓN MEDIA la expresó el economista Gressham, el famoso autor de la "ley de Gressham Gressham", en esta forma más o menos: El hombre elige bien y es casi infalible cuando elige en el círculo de los suyos; como cuando una tribu cazadora elige el mejor cazador para jefe de una cacería. Fuera de ese caso, el hacer elegir a las multitudes entre dos o tres tipos que no conocen, o bien es una absurdidad o bien es una trampa. El filósofo pensó que además podía ser una especie de deporte complicado, peligroso y caro, para uso de pueblos especiales.
   
EL FILÓSOFO SE ENCOGIÓ DE HOMBROS y "cumplió con sus deberes cívicos". Le sorprendió que la cosa fuese tan fácil. La vista de un militar pesadamente armado y una observación brusca del "presidente de mesa", lo habían intranquilizado. Por la noche encendió la radio para ver solamente el resultado de la primera mesa. Vio que no era conforme a sus previsiones. A eso de la una, no pudiendo dormir, se le ocurrió escuchar cómo habían votado en su pueblo; pero la Radio era entonces una erizada confusión, y además hacía ruidos "parásitos". Decidió esperar tres días los resultados últimos y "seguros" (teóricamente seguros) y no preocuparse hasta entonces. 
   
A LOS TRES DÍAS LO SUPO, y le dijo a un amigo --suponiendo "amigo" al albañil que se sienta a su lado en el restaurante:

      --Buena elección.
      --¿Por qué buena? --le ladró el otro agresivamente.
      --No lo sé --dijo el filósofo.
   
Lee dolía bastante el lumbago, y ¿qué se gana con discutir? A mi edad --pensó-- las enfermedades vienen prontas y se van tardas.
   
Después pensó que el mundo, EQUIVALENTEMENTE, tenía su mima edad.
   
"EQUIVALENTEMENTE", un comodín verval que él continuamente empleaba, atrochemoche.
   
EL FILÓSOFO estaba contento ("buena elección") porque no había salido el diputado Urítez, el cual prometiendo a gruesas letras PROSPERIDAD y TRIUNFO, se proponía en los letreros parietales ("¿para qué diablos pondrían letreros?", pensó el filósofo) como "reeligiendo". "A mí Urítez no me puede representar --pensaba el filósofo--. Él es profesor de cultura democrática y ejercicios físicos, y yo soy profesor de filosofía y caligrafía; él es necio y yo ruego cada día a Dios me salve de mi necedad; él nunca ha trabajado en su vida  y yo soy apto para el trabajo mental no menos que para el corporal; él es ateo y yo soy religioso; y sobre todo, yo sé latín y él no; así que no veo como me puede representar, que significa en latín, presentarse en lugar de mí. No veo siquiera como podría representarlo yo a él. Entre estos dos, nada que hacer".
   
MIENTRAS ESTABA EN EL CUARTO OSCURO, el filósofo examinó en su mente la proposición de Aldous Huxley: "Todos los gobiernos dictatoriales son contrarios al ejercicio de la inteligencia"; y recorriendo rápidamente la Historia desde Pericles hasta Franco, saltando por sobre César, Octavio, Marco Aurelio, Carlomagno y Mussolini, no menos que sobre Carlos V y Sixto V, decidió IN MENTE que, puesta así, la proposición era históricamente falsa. Dieron un golpecito en la puerta del cuarto llamado oscuro.
   
AL SALIR DEL CUARTO LLAMADO OSCURO el filósofo se propuso esta proposición: "todos los gobiernos dictatoriales son favorables al ejercicio de la inteligencia" y decidió que también era falsa.
   
LA INTERVENCIÓN DE LA MUJER EN LOS COMICIOS (escribe el gran estadistógrafo estadounidense Harold J. Yeates) no ha cambiado en nada los resultados finales de las votaciones, pero ha multiplicado las discusiones. Incluso conyugales. Lo cual es plausible, porque de la discusión nace la luz pensó nuestro filósofo.
   
EN EL BAR "EL FRASQUITO" es el único lugar en Buenos Aires en que viene uno y se sienta en la mesa donde ya hay otro --a su lado--, se entiende. "El argentino es asocial" pensó el filósofo. Después  se acordó de la proposición de Malaver: "Todo argentino es oficialista" y vio que su proposición tenía más o menos la misma certidumbre que la de Malaver; es decir, ninguna. "¡Qué feliz sería yo --pensó-- si pudiese venir a este restorante dos veces por día!" y después pensó lo contrario, y también le pareció verdad.
   
ESTE FILÓSOFO TENÍA la propensión a ver una cosa cualquiera, y sacar una proposición general. Una vez que desembarcó en Francia vio una mujer pelirroja y escribió: "Las mujeres en este país son pelirrojas". Para curarse de esta costumbre peligrosa, aunque muy común en los filósofos, escribió dos o tres novelas. En una novela (buena) el autor no tiene más remedio que observar muy diligentemente lo singular concreto  (pero en este caso las novelas no fueron buena); y no solamente observar sino aún exagerar lo que Malaver llamaba "la idiosincrasia de las personas".
   
CUANDO TENÍA 40 AÑOS --pensó el filósofo-- los chicos me gustaban extraordinariamente; y ahora que puedo ser abuelo y aún bisabuelo, los chicos me irritan: son idiotas y sucios. (Anotar esto y buscar la Causa). Sin embargo, con la voluntad puedo aguantar este pergeño (una nena de 3 o 4 años que tenia enfrente) y "darle la libertad". A los chicos hay que "darles la libertad", y eso es lo que no saben muchos padres. Con la libertad, el chico adquiere la valiosa sensación de la seguridad; y con la seguridad, se desenvuelve conforme a natura. Por supuesto, "libertad" no significa "viva la pepa". Esta chica me ha dado ya más de 10 pataditas.
   
Cuando se levantó de la mesa, la chiquilla empezó a clamar: "¡Yo quiero que no te vayas! ¡Yo quiero que vengas con nosotros!", con gran asombro del filósofo.
   
EL FILÓSOFO PENSÓ FINALMENTE que en ese momento solemne todos los hombres eran iguales: él mismo, que ganaba 3.100 pesos al mes, era igual al portero de su "bloque", que ganaba 6.500; y a un jugador de fútbol, su vecino que ganaba 60.000. Sí, en el momento solemne de introducir el sobrecito (vacío) en la Urna, en esa solemne "Misa de la Democracia" (como muy bien la llamaron los diarios) con su despreciado oficio y triste sueldo, él mismo era igual que un militar, que un Obispo, que un banquero, que un senador, que un cafishio, que un tratante de blancas: su voto era igual al de cualquiera. Revoleando su mirada mental por sobre el inmenso océano de los hombres y de las condiciones humanas, como la mirada de un dios, el filósofo se sintió igual a todos y sintió que valía como un cualquiera y una cualquiera, que también son hijos de Dios.


JERÓNIMO DEL REY  



"Hostería Volante" Nº  5 (Junio de 1960).



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